Cuando pensamos en la palabra libertad, lo primero que imaginamos es la posibilidad de elegir. Escoger un trabajo, un estilo de vida, una pareja o incluso una ideología. Pero, ¿es la libertad solo eso?
En un capítulo de la serie de filosofía Merlí, el profesor plantea una idea que rompe con esta visión superficial: “La libertad no es escoger un camino, sino rebelarse contra todos los que quieren imponerte uno.”
Esta reflexión nos invita a cuestionar si nuestras elecciones son verdaderamente libres o si, en realidad, estamos siguiendo rutas diseñadas por otros: la sociedad, el mercado, la tradición, la política o incluso nuestra propia familia.
Libertad como rebelión: un eco de Nietzsche
El pensamiento de Friedrich Nietzsche resuena en esta definición de Merlí. Para el filósofo alemán, el ser humano tiende a dejarse arrastrar por la moral de la manada, por lo que “todos” hacen o dicen.
En su obra Así habló Zaratustra, Nietzsche propone la figura del superhombre, aquel que se libera de las normas impuestas y crea sus propios valores. En este sentido, la libertad no sería elegir entre caminos diseñados por la sociedad, sino tener el coraje de cuestionarlos y diseñar uno propio.
Merlí, en su clase, parece guiarnos hacia esta misma idea: no basta con decidir entre las opciones que otros han puesto sobre la mesa; hay que atreverse a rechazar lo que nos imponen.
Sartre y la condena a ser libres
El existencialismo de Jean-Paul Sartre también nos ayuda a comprender esta visión. Sartre decía que “el hombre está condenado a ser libre”. Esto significa que no podemos escapar a la responsabilidad de nuestras decisiones: cada acción define quiénes somos.
Pero, ¿qué pasa si las opciones que tenemos no las hemos construido nosotros? Sartre diría que igualmente somos responsables de aceptarlas o de rebelarnos contra ellas. En su pensamiento, la libertad no es cómoda: implica hacerse cargo de romper con lo dado, incluso si eso significa quedarse sin un camino claro.
Merlí parece llevar a sus alumnos a esa misma incomodidad: el verdadero libre no es quien sigue la ruta que otros ya trazaron, sino quien asume el riesgo de abrir su propio sendero.
Foucault: la libertad frente al poder invisible
Otro filósofo clave para entender esta frase es Michel Foucault. Él analizó cómo el poder no siempre se ejerce de manera visible (como en una dictadura), sino de formas más sutiles: la educación, la medicina, las instituciones, los medios de comunicación.
Para Foucault, ser libres implica reconocer y resistir esos mecanismos de control que nos empujan a vivir de determinada manera. En otras palabras, la libertad no es un acto aislado de elección, sino una práctica constante de rebelión frente a las imposiciones del poder.
Merlí, desde su salón de clases, hace lo mismo: revela esas fuerzas ocultas que intentan moldear la vida de sus alumnos y les recuerda que la verdadera libertad está en rebelarse ante ellas.
Fromm y el miedo a la libertad
En su obra El miedo a la libertad, Erich Fromm explica que muchas personas prefieren la seguridad de seguir órdenes antes que enfrentarse al vértigo de ser libres. Rechazar un camino impuesto es incómodo porque nos deja solos frente a la incertidumbre.
Así, la libertad no solo es un derecho, sino también una carga que requiere valentía. Merlí, como Fromm, parece señalar que liberarse de los caminos impuestos puede ser difícil, pero también es el único modo de vivir con autenticidad.
La libertad hoy: ¿somos realmente libres?
Si llevamos esta reflexión a la vida cotidiana, nos damos cuenta de que muchas de nuestras decisiones están influenciadas por la publicidad, las redes sociales, la moda o las expectativas familiares.
¿Elegimos lo que queremos estudiar, o lo que da “más salida laboral”?
¿Amamos de verdad a quien elegimos como pareja, o seguimos el modelo de amor que la sociedad espera?
¿Pensamos por nosotros mismos, o repetimos lo que dicen los medios?
En todos estos casos, la libertad no se juega en el simple hecho de “elegir”, sino en la capacidad de rebelarse contra lo que nos quieren imponer.
Conclusión: la libertad como acto de valentía
La frase de Merlí es un recordatorio de que la libertad no se reduce a un catálogo de opciones. La verdadera libertad exige rebeldía, cuestionamiento y el valor de ir contra la corriente cuando esa corriente nos arrastra hacia una vida que no hemos elegido de corazón.
En palabras de Sartre, estamos condenados a ser libres; en palabras de Nietzsche, debemos crear nuestros propios valores; en palabras de Foucault, tenemos que resistir el poder que nos moldea; y en palabras de Merlí, debemos rebelarnos ante quienes quieren imponernos un camino.
La libertad, entonces, no es comodidad, sino desafío.
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